Esta inolvidable excursión nos ha robado un pedazo de nuestro corazón, todo empezó el sábado a las 8:00 de la mañana en recoletos, el viaje fue sencillo y al llegar a La Tablada, Villa se nos incorporó y empezamos la subida hacia nuestro hogar para esa noche, entre niebla, frío y muchos atajos que nuestro guía se inventaba llegamos a nuestro destino. Nada más llegar nos pusimos a comer y por la tarde hubo siestas, partidas de mus y por supuesto no faltaron los saltos de Jorge Ortiz que todos recordamos. Ya para la hora de la cena unos visitantes aparentemente majos decidieron acompañarnos la noche durmiendo con nosotros. Tras una noche larga para Diego, Miguel y Maca, todos nos despertamos con menos cosas que el día anterior aunque esto no nos hizo perder el animo y terminamos la acampada entre risas y bajando la montaña con un día increíble , en Cercedilla nos encontramos con nuestros amigos los castores y así llegamos a Recoletos.